A lo largo de la tarde de hoy,me han pasado algunas cosillas que me han hecho enfrentarme a una emoción bastante agridulce que iba logrando capear mientras me distraía con mis pacientes,pero que sabia que seria la protagonista de mi post de hoy,ya que me apuesto la cabeza a que todos lo habéis vivido en algún momento! También he de reconocer,que mi ultimo paciente me insufla siempre un subidon brutal de energía,y se me ha pasado algo el mal rollo. Así que ahora mismo escribo esto con una mezcla de agridulzor energizante,a ver que sale!
Llevo varios días enfrentandome a situaciones que me generan dos emociones encontradas. Por una parte,la de seguridad y fuerza que te aporta en el decir o hacer lo que te da la gana,y por otra,esa punzada tan aguda que te pinza el estomago cuando te sientes culpable… No os ha pasado nunca??? Nos han educado (a la mayoría),para ser buenas personas y para pensar en los demás… Yo,personalmente, tuve una temporada en la que me tome tan al pie de la letra ese legado,que se volvió en mi contra… Y con acontecimientos diarios que apenas tienen importancia. Por ejemplo,he de confesar que sufro un caso agudo de «desorientitis»…si, si…un desastre! No se muy bien cual es la izquierda y la derecha,y esto, además de conseguir que mi marido se vuelva loco cuando tengo que guiarle por una ruta que el desconoce, me afecta en todo lo relacionado con el mundo del motor,en resumidas cuentas…soy un desastre al volante…y aparcando ni os cuento… Como me afecta esto? Pues teniendo que hacer una media de tres mil maniobras para meter un coche de 2 metros de largo en un hueco de 15…y si a esto le sumas,la impaciencia extrema que tienden a desarrollar el resto de conductores ante mi incompetencia automovilística…pues me ha generado durante mucho tiempo, momentos de máxima tension…y echando la vista atrás,y enlazándolo con esa máxima educacional de la que os hablaba al principio, me he dado cuenta de que mis nervios en esas situación de aparcamiento extremo eran mas por no molestar a los demás que por aparcar el coche…
Trayéndolo al presente, hasta que decidí dar un giro de volante a esta tendencia, he analizado la múltiples situaciones en la que he terminado haciendo cosas que no quería,para evitar esa «culpa» que sentía al negar el favor…y sabéis que es peor aun que esa culpa??? Que hay personas que se aprovechan de esa tendencia y se te comen…y es como un circulo vicioso…tu no puedes negar el favor porque sabes que te sentirás mal al hacerlo,y otros te funden a peticiones porque saben que no te puedes negar…pues sabeis que os digo…que YA VALE! Y lo peor de todo es que la culpa de que pase esto es toda todita NUESTRA! Los que aprovechan el filón están en su derecho… El problema de ser unos blandos debemos resolverlo nosotros… Que pasa si un día dices que NO a alguien??? Si ese alguien te tacha de su lista,realmente estas perdiendo un gran amigo??? Alguien que te retira por no ser tan complaciente como el espera,no es una perdida real para ti… Y que pasa si un día no te viene bien prestar el coche o acercar a un amigo a su casa o dejarle el vestido que mas te gusta a esa amiga que sabes que te lo devolverá con un quemazo… Que pasa??? Eres malo por ello??? No cumples ya con las normas básicas de convivencia??? Eres buena persona, no haces daño voluntariamente a nadie, eres educado,piensas en los demás,cuidas de los tuyos… Pues deja de torturarte con la idea de que van a dejar de quererte por negar un favor. Deja de sentirte culpable cada vez que rechaces un plan por el mero hecho de que no te apetezca, y reserva tus fuerzas para cuando de verdad tu gente te necesite. Estoy segura de que en esos momentos estarás, y te dejaras la piel y lo que haga falta… Así que relativiza y empieza por quererte a ti mismo/a y hacerte a ti esos favores que tanto partes y repartes…