28 de marzo…la niebla resbala por la ventanilla de mi trozo de tren…otra vez más,sentada en mi asiento,el 18 A del vagón número 7…un desconocido,que apenas cabe en su asiento,duerme plácidamente a mi lado…y mi mente,como si de un «deja vu» se tratara,me transporta a la velocidad de este ave ,y me deleita con las veces anteriores que he repetido este mismo camino…siempre hay una meta al final de un recorrido…metas que parecen tener nombre propio,pero que en realidad,están tan difuminadas como la niebla de aquí fuera…como somos las personas verdad? Todos nos movemos a ritmos frenéticos,creyéndonos El Centro del universo,y deseando tocar esos objetivos con las palmas de nuestras manos…pero,que pasa cuando,lejos de acariciarlas,se nos escurren entre los dedos…? Me pregunto…cuantas veces somos capaces de luchar y morir…luchar y morir,luchar y morir…….?conforme escribo esta pregunta,se me agolpan en la cabeza miles de respuestas y,mi tendencia analista o los palos que me ha dado la vida,selecciona una en concreto, que parece destacar entre las demás, con luces de neón. El número de batallas que decidimos librar,depende,única y exclusivamente de un arma concreta. No sirve de nada tanto truco barato que nos venden en redes de todos los colores…no hay una ecuación matemática que impida que muramos o no en la próxima batalla…intentar tener el control de esa muerte,es el motivo principal de que terminemos lamiéndonos la heridas en el tren de vuelta…el arma que realmente dispara la municion, que nos libra de sangrar,está en nuestra mente,y no en el abanico de circunstancias casuales que creemos erróneamente controlar…que más da cómo vayas vestido,como hables o como muevas la cucharilla de tu café? La persona que tienes enfrente te va a comprar o no,en función de otro montón de variables que tú desconoces…en definitiva,no depende de ti…la clave de todo lo que emprendemos en esta vida,radica en la manera que tenemos de explicárselo a nuestro cerebro! Si lo cubrimos entre algodones tras las derrotas,se sentirá mimado y protegido,y repetirá las mismas señales de tristeza e impotencia para que lo cuides en cada golpe…si le enseñas a curarse solo,a sacar partido del dolor concreto de esa guerra perdida,aumentará su potencial,insuflando más fuerza a todo aquello que mueve nuestras piernas hacia la siguiente casilla. Hablar de derrota nunca es una opción…la derrota es pensar que esta todo perdido,y que la solución a tus problemas dependía de esa batalla que acabas de perder…pues siento deciros que de esta manera,eres tú mismo quien está cargando el fusil y disparandote a la cabeza…quien nos ha dicho cómo debemos vivir la vida? En serio…quien? Cada uno tendrá su versión y sus estrategias,así que,no crees que es hora de diseñar tu las tuyas? Las guerras que tú crees que merman tu animo con cada tiro que recibes,pueden ser tu mejor aliado…sácate cada bala de la piel,guárdala en tu cartucho y ponle un nombre…en la próxima guerra que te toque liderar al pie del cañón, las balas guardadas con sentido, lograran que las nuevas no se claven en tu cuerpo,y así,te calzaras cada día tus botas llenas de polvo,y volverás a la trincheras con más balas…cuando las tengas todas, cuando todo lo que hayas vivido,se haya convertido en experiencias que te ayudan a entender mejor el mundo, podrás luchar por fin tu propia guerra. Esa que se desarrolla en tu cabeza y de la que nadie puede escapar… piénsalo…la vida real está entre tus orejas y detrás de tus ojos…no equivoques la perspectiva. Cambia tus pensamientos y cambiaras tu mundo…forja tu propia espada,y ganaras la guerra……..