Hoy tengo otra anécdota del gimnasio que me ha hecho reflexionar…os pensareis que me paso el día haciendo deporte y que tengo un cuerpazo trabajado y fibrado…pues muy a mi pesar,no…(pero ese es otro tema). Hoy me he metido a hacer «Body Combat»,que aprovecho para recomendarlo a todo el mundo. No solo quemas grasa,sino que también tienes la oportunidad de descargar toda la energía negativa a base de puñetazos y patadas por doquier! A lo que voy…en uno de los ejercicios de la coreografía de hoy (porque esto se hace con musiquita y todos la vez),había que saltar,y girar sobre uno mismo,de modo que primero mirabas hacia una pared,y luego hacia la que queda en 180 grados. Pues bien…yo tengo las rodillas un poco frágiles,y me da mucho yuyu hacer este movimiento por si se me resienten. Aún así,en lugar de quedarme quieta mientras el resto daban sus respectivos saltitos ,he decidido adaptar el ejercicio a mis limitaciones,de manera que en lugar de girar los 180 grados,saltaba sobre mi misma,mirando siempre hacia el mismo lado. Al tomar esta decisión,me ha parecido súper buena idea en mi cabeza…pero la realidad ha sido otra… He de decir,para que se entienda mejor,que al ser zurda,no me oriento muy bien y no distingo la izquierda de la derecha, así que me pongo contra el espejo,para poder seguir bien los pasos del monitor. De manera,que en el ejercicio de hoy,yo saltaba sobre mi misma con el cuerpo orientado hacia dicho espejo…cual es mi sorpresa,que cuando el resto de la clase saltaba,al girar,yo estaba en la cabecera,y todos veían que yo no estaba haciendo el ejercicio. Entre ellos,estaba viendo miradas del tipo «pero esta no sabe hacer el ejercicio?» O «que lista! Así es mas fácil». De pronto,me he visto hablando conmigo misma,e intentando justificarme porque hacia el ejercicio así…conversación que ya había mantenido antes,y que me había llevado a tomar dicha decisión. En un momento,he buscado con la mirada al monitor,para poder explicarle entre gestos,saltos y música a todo trapo,que no hacia el ejercicio porque me dolía…pero el profesor no me miraba…y yo me perdía,y mientras el resto daba patadas,yo daba puñetazos…un desastre total!!! Afortunadamente,la clase ha terminado…y mientras me duchaba,he analizado lo que ha pasado… Primero…esa gente no me miraba. No estaba pendiente de mi…estaban sudando la gota gorda para seguir el ritmo,y probablemente les importaba un carajo en que dirección diera yo los saltos…y yo,intentando justificar en mi cabeza mi actitud y pensando que era el centro de todas las miradas juiciosas…
De esta experiencia,he desgranado varias cosas…la primera es la necesidad que tenemos en general de pertener a un grupo,y lo difícil que se hace salirse del mismo y tomar decisiones diferentes al resto. Son muchos los frentes que se abren cuando decides tomar una dirección distinta. Para empezar,estamos diseñados cerebralmente para pertenece al grupo,y por eso,cuando te sales del mismo,tú cerebro se cabrea por desobedecerle,y te lo hace saber de diferentes maneras. Debes enfrentarte a dos ideas básicas. La primera se centra en descondicionarte de lo que piensen los demas. A nadie le gusta sentirse juzgado,y mucho menos si tenemos algunas inseguridades que puedan quedarse al descubierto ante la interpretación de dichos juicios. Cada persona es como es,y estar seguro de uno mismo,no radica en creernos perfectos,sino en conocernos,y aceptar nuestras imperfecciones o limitaciones. Qué yo hoy no pudiera saltar,no me hace menos que nadie. La segunda reflexión que me genera es que el juicio de los demás,no es tan duro como el que a veces podemos hacer de nosotros mismos. Nosotros utilizamos toda la información que tenemos de nosotros para efectuar dichos juicios,y muchas veces ponemos en los demas, las criticas que en realidad suenan en nuestras Cabezas. Dichas críticas,deben ser constructivas. Deben hacernos crecer. Valorar cuales son esos defectos que podemos cambiar y cuales no. Aquellos que podemos cambiar,deben generar movimiento,y los que forman parte inmóvil de nosotros,deben generar aceptación. De este modo,el equilibrio será completo en nuestra cabeza,y ya no nos importara correr a otra velocidad ,cantar mas alto que el resto,o saltar en otra dirección. Quiérete tu! Aceptate tu! Al menos tu eres el único que puede controlar tu cabeza y decidir lo que habita en ella.